Biblia Sagrada

El Llamado de Jehová: Revelaciones de Justicia y Salvación

Escuchadme, vosotros que seguís la senda de la justicia, vosotros que buscáis a Jehová: mirad a la roca de la cual fuisteis cortados, y a la caverna del pozo de donde fuisteis extraídos. Mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara, la que os dio a luz; pues cuando él no era más que uno solo, lo llamé y lo bendije, y lo hice numeroso.

Porque Jehová ha consolado a Sión; ha consolado todos sus lugares desolados, y ha hecho su desierto como el Edén, y su tierra árida como el jardín de Jehová; la alegría y el gozo se encontrarán en ella, la acción de gracias, y el son de la melodía.

Atendedme, oh mi pueblo; y dad oído a mí, oh mi nación: porque una ley saldrá de mí, y estableceré mi justicia como luz de los pueblos. Mi justicia está cerca, mi salvación ha salido, y mis brazos juzgarán a los pueblos; las islas esperarán en mí, y en mi brazo confiarán.

Alzad vuestros ojos a los cielos, y mirad a la tierra debajo; porque los cielos desaparecerán como el humo, y la tierra se gastará como una prenda de vestir; y sus habitantes morirán de la misma manera: pero mi salvación será para siempre, y mi justicia no será abolida.

Escuchadme, vosotros que conocéis la justicia, el pueblo en cuyo corazón está mi ley; no temáis el reproche de los hombres, ni os desalentéis por sus injurias. Porque la polilla los devorará como a una prenda de vestir, y el gusano los comerá como a la lana; pero mi justicia será para siempre, y mi salvación para todas las generaciones.

Despierta, despierta, viste de fuerza, oh brazo de Jehová; despierta como en los días antiguos, en las generaciones de los tiempos antiguos. ¿No eres tú el que cortó a Rahab en pedazos, el que atravesó al monstruo? ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que hizo del fondo del mar un camino para que los redimidos pasaran?

Y los rescatados de Jehová volverán, y vendrán con cantos a Sión; y una alegría eterna coronará sus cabezas: obtendrán gozo y alegría, y el dolor y el suspiro huirán. Yo, yo mismo, soy el que os consuela: ¿quién sois vosotros, que teméis al hombre que ha de morir, y al hijo del hombre que será hecho como hierba; y habéis olvidado a Jehová vuestro Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y teméis continuamente todo el día por causa de la furia del opresor, cuando se prepara para destruir? ¿Y dónde está la furia del opresor?

El exiliado cautivo será liberado rápidamente; y no morirá y descenderá a la fosa, ni le faltará su pan. Porque yo soy Jehová tu Dios, que agito el mar, y hago rugir sus olas: Jehová de los ejércitos es su nombre. Y he puesto mis palabras en tu boca, y te he cubierto con la sombra de mi mano, para implantar los cielos, y fundar la tierra, y decir a Sión: Tú eres mi pueblo.

Despertad, despertad, levantaos, oh Jerusalem, que has bebido de la mano de Jehová la copa de su ira; que has bebido y sorbido el cáliz de la copa de asombro, y lo has agotado. No hay quien la guíe entre todos los hijos que ella ha dado a luz; ni hay quien la tome de la mano entre todos los hijos que ha criado.

Estas dos cosas te han sucedido: ¿quién se lamentará por ti? La desolación y la destrucción, y el hambre y la espada;

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