Biblia Sagrada

Despertar de Sión: Un Mensaje de Redención y Liberación en Épocas de Desesperación

Hace mucho tiempo, en una época de desesperación y dificultades, el poderoso profeta Isaías tenía una revelación de Dios. Dios quería transmitir un mensaje de redención y liberación a su desolado y oprimido pueblo de Israel, que estaba en el exilio en Babilonia. Este mensaje se registra en el libro del profeta Isaías, capítulo 52.

Los versos comienzan diciendo: «¡Despierta, despierta, revístete de poder, Sión! ¡Revístete tus mejores ropas, Jerusalén, ciudad santa!” Isaías despierta a Sión, la montaña representativa de Jerusalén, animándola a alejarse de su estado de desesperación. Aquí comienza la transición a la esperanza y la emancipación.

“Porque nunca más entrará en ti ni incircunciso ni impuro. ¡Sacúdete el polvo, levántate y siéntate, Jerusalén! ¡Rompe las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sión!” Anunciaba Dios a través de Isaías. La repentina invocación de Dios para que Su pueblo se sacudiera el polvo y rompiera las cadenas de su cuello era una señal del final del sufrimiento y el comienzo de la liberación.

La historia continúa al revelar cómo se habían vendido sin dinero los hijos de Dios y sin razón habían sido subyugados por las naciones. Pero Dios, por su infinita misericordia, promete liberarlos y redimirlos, declarando: «Mis hijos fueron vendidos por nada, y sin dinero serán redimidos”. Había llegado el momento para la restauración de la honra y la soberanía de Israel.

La parte central de la narración se basa en la promesa de Dios de que la salvación vendrá no solo para Israel, sino para todas las naciones del mundo. Isaías proclama, «Porque así dice el Señor: Ustedes fueron vendidos por nada, y sin dinero serán redimidos. ¿Qué tengo aquí?”, dice el Señor: «Porque mi pueblo fue llevado gratuitamente. Los que gobiernan se burlan, dice el Señor, y continuamente, todo el día, mi nombre es blasfemado”.

Luego viene la maravillosa noticia de la salvación que se difunde por todo el mundo, “¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, que anuncia la paz, que trae buenas noticias de bien, que anuncia la salvación, que dice a Sión: Tu Dios reina!». Aparece entonces la gloriosa figura del mensajero que trae las buenas noticias de la salvación y la libertad a Jerusalén, proclamando que «tu Dios reina». Este versículo ilustra la alegría y el regocijo que se generan al compartir las buenas noticias de la salvación que Dios proporciona a su pueblo.

Finalmente, en un crescendo de jubilación, toda la creación es invitada a unirse al regocijo: «¡Juntos darán voces de júbilo, porque a la vista de todos, el Señor ha consolado a su pueblo! Él ha redimido a Jerusalén”. Las ruinas de Jerusalén estallan en la alabanza al ver la salvación de Dios.

Al término de esta narración, Dios hace una promesa solemne a Su pueblo: “Porque así dice el Señor: ‘Sin dinero serán comprados los que fueron vendidos.’” Es una prueba de la benevolencia divina y la afirmación de que el Señor cumple sus promesas. A pesar de la infidelidad de Su pueblo, Dios, en su amor y misericordia infinitos, promete redimirlos.

La mención de esta historia inspiradora del libro de Isaías en la Biblia es un maravilloso recordatorio de cómo Dios viene a rescatar a quienes han sido afectados por la adversidad. Nos recuerda que, sin importar cuán grandes sean nuestros problemas, podemos estar seguros que Dios está trabajando para llevarnos a la libertad y la plenitud.

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