Biblia Sagrada

Despertando a la Roca: La Inspiradora Oración del Rey David en Tiempos de Angustia

Hubo una vez un hombre llamado David. No era solo un hombre cualquiera, sino un rey, y no solo un rey, sino un gran guerrero y líder de Israel. Sin embargo, a pesar de todo su poder y gloria, el Rey David sabía que sin Dios no era nada.

Al comienzo de su reinado, David pasó por muchas pruebas y tribulaciones. Sus enemigos intentaron derribarlo, y a veces las presiones y responsabilidades de dirigir un reino parecían demasiado pesadas para llevarlas solo. En esos momentos, acudió a Dios en busca de consuelo y fortaleza y expresó sus sentimientos en oración. Esta es una de esas oraciones, registrada en el Salmo 61.

Empezó diciendo, “Oye, Dios, mi clamor; escucha mi oración. Desde el fin de la tierra clamaré a Ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque Tú has sido mi refugio, una torre fuerte contra el enemigo.»

El rey David se sentía agobiado y alejado de Dios – como si estuviera al final de la Tierra. Pero en lugar de ceder ante la desesperación, decidió buscar a Dios, sabiendo que Dios era su roca, su refugio, su torre fuerte. No confió en su propia fuerza, sino que llevó sus cansancio y miedos a Dios.

Continuó su oración recordando las promesas y protecciones de Dios. «Haré morar en tu tabernáculo para siempre; me cobijaré en el refugio de tus alas.» A pesar de todo, David sabía que siempre podía encontrar refugio y seguridad en la presencia de Dios. Y entonces hizo una promesa. «Así cantaré alabanzas a tu nombre, siempre, para pagar mis votos día tras día.» A pesar de sus dificultades, David se comprometió a dar gracias a Dios y a alabarle cada día.

Finalmente, David pidió a Dios que prolongara su vida y su reinado, para que pudiera seguir sirviendo a Dios y al pueblo de Israel. «Oh Dios, has oído mis votos; has dado heredad a los que temen tu nombre. Prolongarás los días del rey y su edad será como de generación en generación.»

A través de su oración, David nos mostró que debemos buscar a Dios en tiempos de necesidad, recordar y agradecer constantemente sus bendiciones, y confiarle nuestras vidas y nuestro futuro. La historia del Rey David nos enseña que incluso en tiempos de angustia y dificultad, es vital recordar la constante presencia y protección de Dios. Recordar y confiar en las promesas de Dios proporciona esperanza y tranquilidad. Y aunque los problemas pueden ser abrumadores, siempre debemos buscar a Dios, confiando en su protección y alabando su nombre, independientemente de las circunstancias.

LEAVE A RESPONSE

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *