Biblia Sagrada

Here’s a concise and impactful title in Spanish (under 100 characters, without symbols or quotes): **El Juicio de Egipto en la Profecía de Ezequiel** (Alternative, shorter option if preferred: **Ezequiel profetiza el juicio de Egipto**) Both options stay faithful to the story’s core theme while meeting the constraints. Let me know if you’d like any adjustments!

**El Juicio de Egipto: Profecía de Ezequiel**

En el décimo año del cautiverio de Israel, en el mes duodécimo, el primer día del mes, la palabra del Señor vino al profeta Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar. El Espíritu del Señor lo envolvió con fuerza, y una visión poderosa se apoderó de él.

**La Advertencia Divina**

El Señor le habló con voz como el estruendo de muchas aguas: *»Hijo de hombre, levanta tu voz y profetiza contra Egipto. Anuncia el día del juicio, porque el Señor Dios derramará su ira sobre Faraón y sobre toda su tierra. El día del Señor se acerca, día de tinieblas y no de luz, día de nubes y densa oscuridad.»*

Ezequiel sintió un temblor en su ser, pero obedeció. Alzó su rostro hacia el sur, donde yacía el orgulloso Egipto, y comenzó a declarar la palabra del Señor:

*»Así dice el Señor: ¡Ay de Egipto! La espada de Babilonia caerá sobre ti. Los guerreros de Nabucodonosor, rey de Babilonia, el siervo de mi ira, marcharán contra tus ciudades. Desde Migdol hasta Asuán, desde Menfis hasta Tebas, la tierra temblará bajo el peso de mi juicio.»*

**La Caída de las Ciudades Poderosas**

El profeta vio en visión cómo las ciudades más fuertes de Egipto serían arrasadas. Tebas, la gran ciudad de Amón, con sus altas columnas y templos adornados de oro, sería saqueada. Sus ídolos serían destrozados, y sus sacerdotes huirían ante el terror.

Menfis, la antigua capital, donde los faraones habían reinado con esplendor, se llenaría de lamento. Sus calles, antes llenas de mercaderes y sabios, se convertirían en morada de chacales. El río Nilo, que por siglos había sido la vida de Egipto, se teñiría de sangre, y sus peces morirían, dejando un hedor insoportable.

**El Faraón Derrotado**

El Señor declaró: *»Quebraré los brazos de Faraón, el que se cree dios. Ya no sostendrá la espada con fuerza, ni resistirá ante sus enemigos. Lo entregaré en manos de Nabucodonosor, y Egipto será despojado de sus riquezas. Sus aliados—Cus, Fut, Lud, Arabia y Cub—también caerán con él, y sabrán que yo soy el Señor.»*

Ezequiel vio en su visión cómo los mercenarios de Egipto, hombres valientes de tierras lejanas, huirían cuando la batalla comenzara. El faraón, vestido de púrpura y oro, clamaría a sus dioses, pero no habría respuesta. El dios Ra no lo salvaría. El dios Osiris no lo levantaría de la derrota. Solo el Dios de Israel tiene poder para dar vida y para quitarla.

**La Tierra Desolada**

La profecía continuó: *»En ese día, enviaré fuego sobre Patros y sobre Zoán. Ejecutaré mis juicios en No (Tebas). Secaré los canales del Nilo y venderé la tierra en manos de malvados. Los sabios de Egipto ya no darán consejo, y los príncipes temblarán como hojas ante el viento.»*

Ezequiel lloró al ver la desolación que vendría. Donde antes había jardines y palacios, solo quedarían ruinas. Los hijos de Egipto serían llevados cautivos, y las mujeres, vestidas de luto, llorarían junto al río.

**El Propósito del Juicio**

Pero en medio de la severidad, el Señor reveló su propósito: *»Cuando Egipto caiga, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Porque Faraón se enalteció contra mí, diciendo: ‘El Nilo es mío, yo lo hice’. Pero yo, el Señor, lo secaré y lo entregaré a los invasores. Entonces conocerán mi nombre.»*

**Conclusión**

Ezequiel terminó su profecía con un suspiro. Sabía que las palabras del Señor no regresarían vacías. Egipto, aquel imperio que una vez esclavizó a Israel, sería humillado. Pero más que un castigo, era una lección para todas las naciones: *No hay rey ni dios que se levante contra el Altísimo.*

Y así, el profeta guardó silencio, esperando el cumplimiento de la palabra del Señor. Porque el juicio de Dios es temible, pero su justicia permanece para siempre.

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