**La Justicia de Jotam: Un Reinado de Fidelidad**
En los días en que el reino de Judá buscaba estabilidad después de los altibajos de sus monarcas, surgió un rey cuyo corazón permaneció fiel a los caminos del Señor. Su nombre era Jotam, hijo de Uzías, un hombre que aprendió tanto de los aciertos como de los errores de su padre.
### **La Coronación de un Rey Justo**
Jotam tenía veinticinco años cuando ascendió al trono de Jerusalén. Desde el primer día, demostró que su reinado sería diferente. Mientras su padre, Uzías, había comenzado bien pero terminó en orgullo, Jotam se aferró a la humildad y la obediencia. Las crónicas relatan que *»hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías»* (2 Crónicas 27:2), pero con una diferencia crucial: evitó caer en la soberbia que llevó a su padre a profanar el templo.
El pueblo de Judá, aún recordando la lepra que afligió a Uzías por su pecado, observaba con esperanza a este nuevo rey. Jotam no entró en el santuario para quemar incienso como lo hizo su padre, sino que dejó ese honor exclusivamente a los sacerdotes, mostrando así su respeto por la ley de Dios.
### **Obras de un Constructor y Guerrero**
Jotam no solo fue piadoso, sino también un líder visionario. Fortificó el reino con sabiduría, construyendo ciudades en las montañas de Judá y levantando torres en los bosques. Una de sus obras más notables fue la ampliación de la Puerta Alta de la casa de Jehová, un símbolo de su deseo de glorificar a Dios ante el pueblo.
Pero su reinado no estuvo exento de desafíos. Los amonitas, pueblo vecino que en el pasado había sido sometido por David, se rebelaron contra Judá. Jotam, confiando en la bendición divina, los enfrentó con valentía. La victoria fue tan contundente que los amonitas tuvieron que pagar un tributo anual de cien talentos de plata, diez mil coros de trigo y diez mil de cebada durante tres años consecutivos. Esta riqueza permitió a Jotam seguir fortaleciendo su reino sin oprimir a su propio pueblo.
### **La Bendición de la Obediencia**
El cronista destaca que *»Jotam se hizo fuerte porque preparó sus caminos delante de Jehová su Dios»* (2 Crónicas 27:6). A diferencia de otros reyes que buscaron alianzas paganas o cayeron en idolatría, él mantuvo su confianza en el Señor. Como resultado, su reinado fue próspero y estable.
Sin embargo, el pueblo no siempre siguió su ejemplo. Aunque Jotam era recto, muchos en Judá persistían en la corrupción y la idolatría. Esto sería una semilla de problemas futuros, pero durante su gobierno, la mano protectora de Dios estuvo sobre la nación.
### **El Legado de un Rey Fiel**
Jotam reinó dieciséis años en Jerusalén antes de dormir con sus padres. Su muerte fue pacífica, y fue sepultado en la Ciudad de David, honrado por su justicia. Su hijo, Acaz, lo sucedió en el trono, pero desgraciadamente, este no siguió sus pasos de fidelidad.
Aun así, el reinado de Jotam quedó registrado como un faro de obediencia en medio de generaciones inconstantes. Su historia enseña que la verdadera grandeza no está en la fuerza militar ni en la riqueza, sino en caminar con integridad delante de Dios.
Y así, el relato de Jotam, aunque breve en las Escrituras, resuena como un recordatorio eterno: *»Bienaventurado el hombre que teme a Jehová y en sus mandamientos se deleita»* (Salmo 112:1).