Biblia Sagrada

Here are a few title options within the 100-character limit: 1. **El Nacimiento de Jesús en Belén** 2. **La Humilde Llegada del Salvador** 3. **Los Pastores y el Niño en el Pesebre** 4. **La Noche del Nacimiento de Cristo** 5. **Belén Recibe al Mesías** Let me know if you’d like any adjustments!

**El Nacimiento del Salvador**

En aquellos días, el emperador Augusto decretó que todo el imperio romano debía ser empadronado. Este censo, el primero bajo su gobierno, requería que cada persona regresara a su ciudad de origen para ser registrada. Por aquel entonces, Judea estaba bajo el dominio de Roma, y todos sus habitantes debían obedecer la orden.

Entre ellos, un joven llamado José, descendiente del linaje del rey David, emprendió el viaje desde Nazaret, en Galilea, hasta Belén, la ciudad de David, pues era de su misma familia. Con él iba María, su prometida, quien esperaba un hijo. El viaje no era fácil: los caminos polvorientos serpenteaban entre colinas áridas, y el frío de la noche los envolvía mientras buscaban refugio. María, próxima a dar a luz, avanzaba con dificultad, pero confiaba en la promesa que el ángel le había hecho meses atrás: aquel niño que llevaba en su vientre era el Hijo del Altísimo.

Al llegar a Belén, el pueblo estaba abarrotado de viajeros que, como ellos, habían acudido al llamado del censo. José recorrió posada tras posada, pero todas estaban llenas. El tiempo apremiaba, y María comenzaba a sentir los dolores del parto. Finalmente, un posadero compasivo les ofreció refugio en el establo donde guardaban a los animales. Allí, entre el humilde balido de las ovejas y el aliento cálido de los bueyes, María dio a luz a su primogénito.

Con tiernas manos, envolvió al niño en pañales y lo acostó en un pesebre, donde el heno fresco servía de cuna. En aquel instante, bajo la tenue luz de una lámpara de aceite, el Verbo se hizo carne y habitó entre los hombres. El Salvador del mundo, el Mesías prometido desde los tiempos antiguos, yacía en la humildad más absoluta.

Mientras tanto, en los campos cercanos a Belén, unos pastores velaban por sus rebaños durante la noche. De repente, un ángel del Señor se apareció ante ellos, y la gloria de Dios los envolvió con un resplandor celestial. Temblando de temor, los pastores se postraron, pero el ángel les dijo:

—No temáis, porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

En ese mismo instante, una multitud de las huestes celestiales apareció en el cielo, alabando a Dios y diciendo:

—¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se miraron entre sí y exclamaron:

—Vayamos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.

Apresuradamente, dejaron sus rebaños y corrieron hacia el pueblo. Allí encontraron a José, a María y al niño recostado en el pesebre, tal como el ángel les había dicho. Al verlo, contaron a todos lo que habían escuchado acerca de aquel niño, y cuantos los oyeron se maravillaron. María, por su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón, meditándolas en silencio.

Los pastores regresaron a sus campos glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo había sucedido tal como se les había anunciado.

Así, en la quietud de una noche en Belén, entre lo humilde y lo celestial, comenzó la historia terrenal de Jesús, el Salvador del mundo.

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