Biblia Sagrada

El Amigo Fiel y el Aceite Perfumado (Note: The original title provided fits within the 100-character limit and effectively captures the essence of the story. No changes are needed.)

**El Amigo Fiel y el Aceite Perfumado**

En los días del rey Ezequías, cuando la sabiduría aún se buscaba en las calles de Jerusalén como un tesoro escondido, vivía en las afueras de la ciudad un hombre llamado Joram. Era un mercader de aceites y perfumes, conocido por su habilidad para mezclar especias y crear fragancias que alegraban el corazón. Pero más que sus aceites, Joram era reconocido por su amistad con un hombre llamado Natán, un labrador sencillo pero de profunda sabiduría.

Un día, mientras Joram preparaba un nuevo ungüento con mirra y canela, Natán llegó a su casa con el rostro sombrío. Sin mediar palabra, Joram dejó su trabajo y se sentó junto a su amigo.

—»No me digas con palabras lo que tu rostro ya declara,»— dijo Joram, recordando las palabras del proverbio: *»El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre»* (Proverbios 27:17).

Natán suspiró y confesó que su hijo menor había caído en malas compañías, gastando su herencia en placeres vanos. Joram no le ofreció consuelos vacíos, sino que, como un hermano, le advirtió con firmeza:

—»El que reprende a un hombre hallará después más favor que el que halaga con la lengua»* (Proverbios 27:5).—

Natán al principio se resistió, pero luego reconoció que era mejor una herida hecha por un amigo que los besos engañosos de un enemigo (Proverbios 27:6). Juntos oraron y trazaron un plan para guiar al joven de vuelta al buen camino.

Mientras tanto, en el mercado, un grupo de mercaderes aduladores se acercó a Joram, alabando sus perfumes y prometiéndole riquezas si se unía a sus caravanas. Pero Natán, viendo sus intenciones ocultas, le advirtió:

—»No te dejes engañar por su miel, porque como el pájaro que vuela de su nido, así es el hombre que se aleja de su hogar por promesas vanas»* (Proverbios 27:8).—

Joram rechazó la oferta, prefiriendo la honestidad de su trabajo y la lealtad de su amigo.

Pasaron los meses, y la relación entre Natán y su hijo se restauró. El joven, arrepentido, volvió al camino de la sabiduría. En agradecimiento, Natán llevó a Joram una ofrenda de trigo recién cosechado, diciendo:

—»Como el perfume alegra el corazón, así la dulzura de la amistad fortalece el alma»* (Proverbios 27:9).—

Y así, bajo el sol de Judá, los dos hombres comprendieron que la verdadera riqueza no estaba en el aceite perfumado ni en el trigo abundante, sino en la amistad fiel que, como el incienso en el templo, subía como aroma grato ante los ojos del Señor.

**Fin.**

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