Biblia Sagrada

**La Sabiduría que Edifica el Hogar** (Note: The original title provided fits within the 100-character limit and effectively captures the essence of the story. No symbols or quotes were present in the original title, so no further edits are needed.) **Final Title:** **La Sabiduría que Edifica el Hogar** (46 characters)

**La Sabiduría que Edifica el Hogar**

En los días del rey Ezequías, cuando Judá aún caminaba en los caminos del Señor, había un hombre llamado Obed, quien habitaba en una aldea cercana a Jerusalén. Obed era conocido por su prudencia y su amor por la sabiduría, pues desde joven había meditado en los proverbios de Salomón. Un día, mientras leía las palabras de **Proverbios 24**, sintió en su corazón un llamado a aplicar esas enseñanzas en su vida y en su hogar.

*»Porque con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.»* (Proverbios 24:3-4)

Obed reflexionó sobre estas palabras mientras observaba su humilde morada. Aunque no era rico, deseaba que su familia viviera bajo la bendición de Dios. Así que, con determinación, comenzó a poner en práctica lo que había aprendido.

### **La Construcción de un Hogar Sabio**

Primero, Obed fortaleció los cimientos de su casa no solo en lo físico, sino en lo espiritual. Cada mañana, antes de que el sol iluminara los campos, reunía a su esposa, Rut, y a sus tres hijos para orar y leer las Escrituras. Les enseñaba que la verdadera prosperidad no estaba en la abundancia de bienes, sino en el temor del Señor.

Un día, su hijo menor, Eliab, preguntó: *»Padre, ¿por qué nos levantamos tan temprano para hablar de Dios, si nuestros vecinos no lo hacen?»*

Obed, con paciencia, respondió: *»Hijo mío, así como un agricultor siembra semillas con esperanza, nosotros sembramos la Palabra en nuestros corazones para que, con el tiempo, dé fruto. No imitemos a los perezosos que descuidan sus viñas y al final encuentran sus campos llenos de espinos.»* (Proverbios 24:30-34)

### **La Prueba de la Adversidad**

No pasó mucho tiempo antes de que la fe de Obed fuera probada. Una gran sequía azotó la región, y muchos de sus vecinos, que habían confiado en su propia fuerza, comenzaron a desesperarse. Algunos incluso abandonaron sus tierras en busca de alimento. Pero Obed, recordando las palabras de **Proverbios 24:10** —*»Si te desmayas en el día de la angustia, tu fuerza es poca»*—, decidió confiar en el Señor.

Reunió a su familia y juntos oraron pidiendo provisión. Al día siguiente, mientras caminaba por el campo, Obed notó un pequeño manantial que aún fluía entre las rocas. Con sabiduría, cavó un pozo y condujo el agua hacia su tierra. No solo su familia tuvo qué beber, sino que pudo compartir con otros necesitados.

Sus vecinos, al ver esto, se maravillaron y preguntaron: *»¿Cómo es que en medio de esta sequía, tu casa no pasa hambre?»*

Obed, con humildad, respondió: *»El Señor da sabiduría al que la pide. No fue mi fuerza, sino Su guía la que nos sostuvo.»*

### **La Recompensa de la Justicia**

Pasaron los años, y la casa de Obed prosperó. No porque acumulara riquezas, sino porque había edificado su vida sobre el fundamento de la sabiduría divina. Cuando los ejércitos enemigos asolaron la región, muchos perdieron sus bienes, pero la familia de Obed fue protegida, pues habían vivido en integridad y compasión.

En sus últimos días, Obed reunió a sus hijos y les dijo: *»No se alegren cuando tropiece el malvado, ni regocijen su corazón cuando caiga, porque el Señor lo ve y desaprueba toda malicia. Más bien, busquen la justicia, amen la misericordia y caminen humildemente con Dios.»* (Proverbios 24:17-18)

Y así, la casa de Obed permaneció como un testimonio vivo de que **la verdadera sabiduría no es solo conocimiento, sino una vida entregada al temor de Dios**.

**Fin.**

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