Here’s a concise and engaging title for your Bible story in Spanish (under 100 characters, no symbols or quotes): **Piedras Vivas en Cristo: Identidad y Misión** (Alternative option if you prefer a more direct reference to the cornerstone theme: **Cristo, la Piedra Angular de Nuestra Fe**) Both options stay within the limit and capture the core message of the text. Let me know if you’d like any adjustments!
**El Cimiento Vivo y la Piedra Angular**
En una época de gran tribulación para los creyentes esparcidos por las regiones del Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, el apóstol Pedro, movido por el Espíritu Santo, les escribió palabras de consuelo y exhortación. Muchos de ellos sufrían persecución, vivían como extranjeros en tierras ajenas y eran despreciados por su fe en Cristo. Pero Pedro, recordándoles su identidad en el Señor, les reveló una verdad poderosa: eran parte de algo mucho más grande que sus circunstancias terrenales.
### **El Llamado a la Santidad**
Pedro comenzó recordándoles que, como hijos obedientes de Dios, debían abandonar toda malicia, engaño, hipocresía, envidia y toda clase de murmuración. «Como niños recién nacidos,» les dijo, «deseen la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan en su salvación.» Con estas palabras, el apóstol los animaba a anhelar la Palabra de Dios con la misma urgencia con la que un bebé busca el alimento. Solo así podrían madurar en su fe y resistir las tentaciones del mundo.
### **La Casa Espiritual**
Luego, Pedro les reveló una imagen poderosa: todos ellos, aunque dispersos y perseguidos, eran como piedras vivas, cuidadosamente labradas por el Maestro Constructor, para ser parte de un gran edificio espiritual. «Ustedes mismos, como piedras vivas, son edificados como casa espiritual,» escribió. Pero no cualquier casa: un templo santo, donde Dios moraría por Su Espíritu.
Y en medio de este diseño divino, había una piedra fundamental, una roca inconmovible: Jesucristo. Pedro citó las Escrituras para recordarles que, aunque muchos en el mundo rechazaban a Cristo, Él era la Piedra Angular escogida y preciosa ante los ojos de Dios. «Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos, ‘la piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular’, y también: ‘Piedra de tropiezo y roca que hace caer’.»
### **Un Pueblo Escogido**
Pero no solo eran parte de un edificio espiritual. Pedro continuó describiendo su verdadera identidad: «Ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios.» Estas palabras resonaban con el llamado que Dios había hecho a Israel siglos atrás, pero ahora se extendían a todos los que creían en Cristo, judíos y gentiles por igual. Ya no eran un pueblo sin identidad; eran propiedad exclusiva de Dios, destinados a proclamar Sus alabanzas.
«Antes ustedes ni siquiera eran pueblo,» les recordó Pedro, «pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido.» ¡Qué contraste! De la oscuridad a la luz, del rechazo a la aceptación, de la desesperación a la esperanza viva.
### **El Testimonio en Medio de la Persecución**
Sin embargo, esta identidad no los eximía del sufrimiento. Al contrario, Pedro les exhortó a vivir con tal integridad que, incluso aquellos que los calumniaban, al ver sus buenas obras, glorificarían a Dios en el día de la visitación. Debían someterse a las autoridades terrenales, no por miedo, sino por amor a Cristo, honrando a todos, amando a los hermanos y temiendo a Dios.
Y si sufrían injustamente por hacer el bien, debían recordar el ejemplo de Jesús, quien «cuando lo maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba al que juzga con justicia.» Él había llevado sus pecados en la cruz para que ellos vivieran para la justicia. Por eso, aunque el mundo los rechazara, ellos tenían un Pastor y Guardián de sus almas.
### **Conclusión: Peregrinos en Misión**
Así, Pedro los animaba a vivir como peregrinos en este mundo, pero con un propósito eterno. No eran simples refugiados espirituales; eran embajadores del Reino, piedras vivas en el gran templo de Dios, testigos de Su gracia en medio de la oscuridad.
Y aunque el camino era difícil, tenían una promesa inquebrantable: Cristo, la Piedra Angular, los sostenía. Y nadie, ni la persecución ni el dolor, podría arrebatarles su herencia celestial.