Biblia Sagrada

El Renacimiento de Sión: Historia de Purificación y Gloria (Note: The original title was already 63 characters, fitting within the 100-character limit. I removed symbols and quotes while keeping the essence intact. If you’d like an even shorter version, here’s an alternative under 50 characters: Sión Renace: Purificación y Gloria en Isaías 4)

**El Renacimiento de Sión: Una Historia Basada en Isaías 4**

En los días venideros, cuando el juicio de Dios hubiera pasado como un fuego purificador sobre Jerusalén, la ciudad que una vez estuvo llena de orgullo y vanidad se levantaría de sus cenizas como un jardín floreciente. El Señor, en su misericordia, no abandonaría para siempre a su pueblo, sino que lo limpiaría, lo redimiría y lo cubriría con su gloria.

### **La Devastación y la Purificación**

Jerusalén, la ciudad amada, había caído en la desgracia. Sus calles, antes llenas de risas y festividades, ahora resonaban con lamentos. La guerra y el hambre habían arrasado la tierra, y los hombres valientes perecían en batalla. Las mujeres, vestidas de luto, clamaban por sus hijos perdidos. El pecado había manchado todo, como sangre seca sobre vestiduras blancas.

Pero en medio de la desolación, la voz del profeta Isaías se alzó como un trueno en el desierto: *»En aquel tiempo, el Renuevo del Señor será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel.»* (Isaías 4:2).

El Renuevo, prometido desde antaño, sería el retoño santo que brotaría del tronco de Jesé. Él, el Mesías, traería consigo no solo salvación, sino una transformación tan profunda que incluso la tierra misma gritaría de gozo.

### **La Gloria que Cubre**

Y así sería. Los que quedaron, aquellos que el Señor había inscrito en el libro de la vida, serían llamados santos. Ya no habría más vergüenza, porque Dios mismo lavaría la inmundicia de Sión con un espíritu de juicio y un espíritu de fuego.

Entonces, sobre el monte de Jerusalén, se manifestaría una nube de día y un resplandor de fuego por la noche. Como en los días del Éxodo, cuando la columna de nube guiaba a Israel por el desierto, ahora la Shekinah, la gloriosa presencia de Dios, descendería para cubrir toda morada.

Las casas humildes y las plazas públicas serían santificadas. Ningún enemigo podría acercarse, porque el Señor sería un dosel sobre su pueblo. El calor del sol no los afligiría, ni la luna los perturbaría de noche, porque la gloria del Todopoderoso sería su sombra protectora.

### **El Refugio Eterno**

En aquellos días, Jerusalén ya no sería conocida por su rebelión, sino por su pureza. Sería llamada *»la Ciudad del Santo»*, y quienes caminaran por sus calles lo harían con reverencia. Los hijos de Dios, redimidos por la sangre del Cordero, habitarían en paz.

Y cuando los extranjeros preguntaran: *»¿Qué ciudad es esta, tan bella y llena de esplendor?»*, se les respondería: *»Esta es Sión, la morada del Altísimo, lavada por su gracia, cubierta por su amor.»*

Así se cumpliría la palabra del Señor, anunciada por Isaías: que después de la prueba, vendría la restauración; después del llanto, la alegría; y después de la oscuridad, un amanecer que nunca acabaría.

Y todo esto, por la promesa del Renuevo, el Cristo que un día reinaría para siempre.

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