Biblia Sagrada

Here’s a concise and impactful title in Spanish (under 100 characters): **La Fe Inquebrantable: Habacuc y el Juicio de Dios** (Alternative option, if preferred: **Habacuc: Fe en Medio del Juicio**) Both options remove symbols, stay within the limit, and capture the core theme of the story. Let me know if you’d like any adjustments!

**La Fe que Prevalece: Una Historia Basada en Habacuc 2**

En los días del profeta Habacuc, Judá se encontraba sumida en la injusticia y la violencia. El clamor del pueblo oprimido llegaba hasta los cielos, y Habacuc, con el corazón angustiado, elevó su voz a Dios:

—*¿Hasta cuándo, oh Señor, clamaré y no escucharás?*

El profeta no entendía por qué Dios permitía tanta maldad. Desde su pequeña celda en Jerusalén, donde pasaba horas en oración, veía cómo los poderosos pisoteaban a los humildes, cómo los jueces aceptaban sobornos y cómo la ley se torcía en favor de los ricos. Pero Dios, en su sabiduría, tenía un plan.

Una noche, mientras Habacuc velaba en oración, el Señor le respondió:

—*Escribe la visión, grábala en tablas, para que pueda leerse de corrido. Aunque parezca tardar, espérala, porque sin duda vendrá y no se demorará.*

Dios le reveló que los caldeos, un pueblo feroz y violento, serían usados como instrumento de juicio contra Judá. Pero también le advirtió que el orgullo de los caldeos no quedaría impune.

**La Visión de los Cinco Ayes**

Habacuc, obediente, tomó un rollo de pergamino y comenzó a escribir lo que el Espíritu le dictaba. La visión se desarrolló en cinco graves advertencias, cada una dirigida contra los soberbios y opresores:

1. **El Ay del Acumulador Codicioso**
*¡Ay del que amontona lo que no es suyo!* —declaró el Señor. Habacuc vio en su visión a mercaderes ricos que extendían sus manos como el Seol, nunca satisfechos. Construían casas suntuosas con piedras labradas, pero sus paredes gritaban injusticia. Dios le reveló que esas mismas piedras clamarían desde los muros, y las vigas de madera responderían desde las estructuras.

2. **El Ay del Constructor Injusto**
*¡Ay del que edifica una ciudad con sangre!* El profeta contempló cómo gobernantes levantaban imperios sobre el sufrimiento de los pobres. Pero el Señor le mostró que toda su obra era en vano, porque el conocimiento de la gloria de Dios llenaría la tierra como las aguas cubren el mar.

3. **El Ay del Embriagador Cruel**
*¡Ay del que da de beber a su prójimo para mirar su desnudez!* Habacuc sintió repulsión al ver en su visión a hombres poderosos que emborrachaban a los débiles para burlarse de ellos. Pero Dios le aseguró que esos mismos beberían la copa de su ira, y la vergüenza los cubriría.

4. **El Ay del Idólatra Engañado**
*¡Ay del que dice al madero: «Despierta», o a la piedra muda: «Levántate»!* El profeta vio a hombres postrados ante ídolos sin aliento, tallados por sus propias manos. Dios se rió de su necedad, pues ¿de qué sirve un dios que no puede salvar?

5. **El Ay del Violento Sangriento**
*¡Ay del que derrama sangre inocente!* Habacuc tembló al contemplar ejércitos que arrasaban naciones enteras con crueldad. Pero el Señor juró que toda la tierra conocería su juicio.

**El Justo Vivirá por su Fe**

Al final de la visión, una voz como trueno resonó en el corazón de Habacuc:

—*El justo vivirá por su fe.*

Estas palabras quedaron grabadas en su alma. Aunque el mundo se derrumbara, aunque las naciones se alzaran en violencia, aquellos que confiaran en el Señor permanecerían firmes.

Habacuc enrolló el pergamino con manos temblorosas. Ahora entendía. Dios no ignoraba el mal, sino que obraba conforme a su perfecto tiempo. El juicio vendría, pero también la redención.

Con renovada fe, el profeta cerró sus ojos y pronunció una oración que resonaría por los siglos:

—*Aunque la higuera no florezca, aunque no haya fruto en las vides, aunque falte el trigo… yo me regocijaré en el Señor.*

Y así, en medio del caos, Habacuc aprendió que la fe verdadera no depende de las circunstancias, sino de la fidelidad inquebrantable de Dios.

**Fin**

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