El Juicio y Redención de Tiro (Note: The original title provided was already within the 100-character limit and free of symbols/quotations, so it remains unchanged.)
**El Juicio y la Redención de Tiro**
En los días en que el profeta Isaías recibía las palabras del Señor, llegó a sus oídos un mensaje solemne acerca de Tiro, la orgullosa ciudad mercante que se alzaba como una reina sobre las costas del mar. Sus barcos surcaban las aguas desde lejanas tierras, trayendo riquezas y especias, tejidos finos y metales preciosos. Sus comerciantes eran príncipes, y sus mercaderes, los más poderosos de la tierra. Pero el Altísimo había puesto sus ojos sobre ella, y su soberbia no quedaría sin castigo.
### **El Lamento por Tiro**
«¡Aullad, naves de Tarsis, porque vuestra fortaleza ha sido destruida!» Así comenzaba la palabra del Señor. Cuando la noticia llegó a las costas de Chipre, los marineros palidecieron de terror. Los mercaderes de Sidón, que antes se enriquecían junto a Tiro, se vistieron de luto y lanzaron gritos de angustia. El gran puerto, otrora bullicioso con el ir y venir de las naves, yacía en silencio. Las olas, que antes besaban los muelles repletos de mercancías, ahora lamían las ruinas de una ciudad abandonada.
«¿Quién decretó esto contra Tiro, la que repartía coronas, cuyos comerciantes eran príncipes y cuyos mercaderes, los nobles de la tierra?» preguntaban las naciones incrédulas. Pero era el Señor de los Ejércitos quien lo había ordenado, para humillar la arrogancia de todos los gloriosos y envilecer a los más estimados de la tierra.
### **La Caída de la Ciudad Orgullosa**
Durante setenta años, el tiempo de vida de un rey, Tiro sería olvidada. Como una prostituta abandonada, cantaría en su soledad una canción melancólica:
*»Toma el arpa, recorre la ciudad, oh Tiro, ramera olvidada;*
*toca bien, canta muchas canciones, para que de ti haya memoria.»*
Pero al cabo de esos años, el Señor tendría misericordia. Tiro volvería a sus tratos comerciales, pero esta vez, sus ganancias no serían para su propia gloria, sino para el pueblo del Dios Altísimo. Sus riquezas sustentarían a los siervos del Señor, y su comercio, en lugar de envanecer a los reyes de la tierra, serviría para honrar al Santo de Israel.
### **La Lección para las Naciones**
Así como Babilonia sería castigada por su crueldad, y Asiria por su soberbia, Tiro recibió el juicio por confiar en sus riquezas y olvidar que toda gloria pertenece al Señor. Pero en su misericordia, Dios no la destruyó para siempre. Le dio un tiempo de humillación, para que al final, incluso los orgullosos mercaderes reconocieran que solo Él es quien da y quita, quien abate y levanta.
Y así, la historia de Tiro quedó escrita como advertencia para los poderosos de la tierra: las riquezas no son eternas, los imperios caen, pero la palabra del Señor permanece para siempre.
**Fin.**