Biblia Sagrada

La Profecía de Gog y Magog: La Batalla Final

**La Profecía de Gog y Magog: Una Batalla Final**

En los días en que el profeta Ezequiel recibía visiones del Señor, una palabra poderosa le fue dada concerniente a una gran batalla que ocurriría en los últimos tiempos. El Señor le habló con claridad, diciendo: «Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Gog, de la tierra de Magog, príncipe soberano de Mesec y Tubal, y profetiza contra él» (Ezequiel 38:2).

Ezequiel, lleno del Espíritu de Dios, comenzó a describir lo que el Señor le revelaba. Gog era un líder poderoso, un hombre de gran influencia y ambición, que gobernaba sobre una confederación de naciones. Estas naciones incluían a Magog, Mesec, Tubal, Persia, Cus, Fut, Gomer y Bet-togarma. Todas ellas estaban ubicadas en las regiones lejanas del norte y del sur, tierras que en aquel tiempo eran conocidas por su ferocidad y su deseo de conquista.

El Señor le dijo a Ezequiel: «He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe soberano de Mesec y Tubal. Yo te haré volver, pondré garfios en tus quijadas y te sacaré a ti y a todo tu ejército, caballos y jinetes, todos vestidos con espléndidas armaduras, una gran multitud con escudos y pavéses, todos empuñando espadas» (Ezequiel 38:3-4).

Dios reveló que Gog, en su arrogancia, planeaba invadir la tierra de Israel, una nación que había sido restaurada después de muchos años de exilio y sufrimiento. Israel, en ese tiempo, vivía en paz y seguridad, confiada en su Dios. Las ciudades habían sido reconstruidas, los campos cultivados, y el pueblo vivía sin miedo de invasiones. Pero Gog, movido por su orgullo y su deseo de poder, maquinaba en su corazón atacar a este pueblo indefenso.

El Señor le dijo a Ezequiel: «Subirás contra mi pueblo Israel como una nube que cubre la tierra. Será en los últimos días cuando te traeré contra mi tierra, para que las naciones me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos» (Ezequiel 38:16).

Dios permitiría que Gog y sus ejércitos avanzaran hacia Israel, no porque Él estuviera de acuerdo con sus planes malvados, sino para demostrar Su poder y soberanía sobre todas las naciones. Gog creía que su victoria estaba asegurada, pero no sabía que el Señor mismo se interpondría en su camino.

Cuando Gog y sus hordas llegaron a las montañas de Israel, el cielo se oscureció y la tierra tembló. El Señor desató Su ira sobre los invasores. Ezequiel describió la escena con detalle: «Y llamaré contra él toda clase de terror, dice el Señor Dios; la espada de cada hombre será contra su hermano. Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, inundación de aguas, granizo, fuego y azufre» (Ezequiel 38:21-22).

El ejército de Gog fue destruido de manera sobrenatural. Los caballos y jinetes cayeron en confusión, las espadas se volvieron contra sus propios dueños, y una lluvia de fuego y azufre cayó del cielo, consumiendo a los enemigos de Israel. La tierra quedó llena de cadáveres, y los pájaros y las bestias del campo se reunieron para devorar los restos de los caídos.

El Señor le dijo a Ezequiel: «Y pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho, y mi mano que habré puesto sobre ellos. Y la casa de Israel sabrá que yo soy el Señor su Dios, desde aquel día en adelante» (Ezequiel 39:21-22).

Después de esta gran victoria, el pueblo de Israel comprendió que su Dios era fiel y poderoso. Durante siete años, quemaron las armas de los enemigos como combustible, y durante siete meses enterraron los cuerpos de los caídos para purificar la tierra. El nombre del Señor fue exaltado, y las naciones entendieron que Él es el único Dios verdadero.

Ezequiel concluyó su profecía con una promesa de restauración: «Y no esconderé más mi rostro de ellos, porque habré derramado mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice el Señor Dios» (Ezequiel 39:29).

Así, la historia de Gog y Magog sirve como un recordatorio de que Dios es soberano sobre todas las naciones y que, al final, Él protegerá a Su pueblo y vindicará Su nombre ante el mundo entero.

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