Un día, Jehová habló a Moisés, diciendo «Habla a los hijos de Israel y diles que si algún hombre o mujer deciden hacer un voto especial, el voto del Nazareo, para separarse y dedicarse a Jehová, deben seguir ciertos mandamientos. Debe abstenerse de vino y bebidas fuertes, no beberá vinagre de vino ni de bebida fuerte, ni tampoco jugo de uvas. No comerá uvas frescas ni secas. Durante todo el tiempo de su separación no comerá nada que provenga de la vid, desde los granos hasta el hollejo.
A lo largo de todos los días de su voto de separación, no pasará navaja por su cabeza. Hasta que se cumpla el tiempo durante el cual se ha separado para Jehová, será santo, su cabello crecerá largo. Todo el tiempo que se consagra a Jehová no tendrá contacto con un cuerpo muerto. Ni siquiera se permitirá contaminarse por la muerte de su padre, su madre, su hermano o su hermana.
Si por alguna circunstancia un hombre muriese a su lado, profanando su cabeza consagrada, afeitarse la cabeza en el día de su purificación, el séptimo día la afeitará. En el octavo día llevará dos tórtolas o dos pichones de paloma al sacerdote, a la entrada de la tienda de reunión. El sacerdote ofrecerá uno como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto y hará expiación por él por haber pecado al entrar en contacto con el cadáver.
Continuará la separación para Jehová, traerá un cordero de un año como ofrenda de culpa. Pero los días anteriores se perderán porque su separación fue profanada. Esta es la ley del Nazareo: al cumplirse sus días de separación se le traerá a la entrada de la tienda de reunión. Ofrecerá sus ofrendas a Jehová: un cordero de un año sin defecto como holocausto, una oveja de un año sin defecto como sacrificio por el pecado, y un carnero sin defecto para las ofrendas de paz, una canasta de panes sin levadura, tortas de harina fina mezcladas con aceite y hojaldres sin levadura ungidos con aceite, junto con sus ofrendas de grano y sus libaciones.
El sacerdote presentará todo esto ante Jehová y ofrecerá su sacrificio por el pecado y su holocausto. A continuación, ofrecerá el carnero como sacrificio de ofrendas de paz a Jehová, junto con la canasta de pan sin levadura. El sacerdote también ofrecerá la ofrenda de grano y la libación correspondiente. Luego, el Nazareo afeitará su cabeza consagrada a la entrada de la tienda de reunión, tomará el cabello de su cabeza consagrada y lo pondrá sobre el fuego que está debajo del sacrificio de ofrendas de paz.
Después, el sacerdote tomará el hombro cocido del carnero, un pan sin levadura de la canasta y una oblea sin levadura, y los pondrá en las manos del Nazareo, después de haber afeitado su cabeza consagrada. Posteriormente, el sacerdote los moverá como ofrenda mecida delante de Jehová. Esto es sagrado para el sacerdote, además del pecho de la ofrenda mecida y el muslo de la ofrenda levantada. Después de esto, el Nazareo puede volver a beber vino.
Esta es la ley del Nazareo que hace el voto y de su ofrenda a Jehová en su separación. Según sea el voto que hizo, así debe cumplir la ley de su separación.
Finalmente Jehová habló a Moisés y le dijo que hablara a Aarón y sus hijos para bendecir a los hijos de Israel en nombre de Jehová: «El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señ