Biblia Sagrada

Santidad y Sacrificio: Las Instrucciones de Jehová a Moisés

Y Jehová habló a Moisés, diciendo:
Habla a Aarón y a sus hijos, para que se separen de las cosas santas de los hijos de Israel, que consagran para mí, y para que no profanen mi santo nombre: Yo soy Jehová.
Diles: Cualquiera de tu descendencia a lo largo de tus generaciones, que se acerque a las cosas santas que los hijos de Israel consagran a Jehová, estando en estado de impureza, esa persona será excluida de mi presencia: Yo soy Jehová.
Ningún hombre de la descendencia de Aarón que sea leproso, o padezca derrame, comerá de las cosas santas hasta que esté limpio. Quien toque algo impuro a causa de un muerto, o aquel hombre cuya semilla salga de él,
o quien toque cualquier animal que pueda hacerlo inmundo, o a alguien que pueda hacerle inmundo por cualquier motivo,
la persona que toque estas cosas estará impura hasta la tarde, y no comerá de las cosas santas a menos que se lave su cuerpo con agua.
Cuando el sol se ponga, estará limpio; y después podrá comer de las cosas santas, porque son su alimento.
Aquello que haya muerto por sí solo, o que haya sido despedazado por bestias, no comerá, para no contaminarse con ello: Yo soy Jehová.
Por lo tanto, cumplirán mi mandato, para que no carguen con el pecado por ello y mueran por desobedecerlo: Yo soy Jehová quien los santifica.
Ningún extraño comerá de la cosa santa: un huésped del sacerdote, o un obrero asalariado, no comerá de la cosa santa.
Pero si un sacerdote compra a alguien con su dinero, esa persona podrá comer de ella; y los que nacen en su casa podrán comer de su alimento.
Si una hija de sacerdote se casa con un extranjero, no comerá de lo que se levanta en ofrenda de las cosas santas.
Pero si una hija de sacerdote es viuda o divorciada, y no tiene hijos, y regresa a la casa de su padre, como en su juventud, podrá comer del pan de su padre. Pero ningún extraño podrá comer de él.
Si un hombre come de la cosa santa sin saberlo, agregarán un quinto a su valor y se lo darán al sacerdote junto con la cosa santa.
No deben profanar las cosas santas de los hijos de Israel, que ellos ofrecen a Jehová,
y hacerlos incurrir en la culpa de pecado cuando coman sus cosas santas: porque yo soy Jehová quien los santifica.
Jehová habló de nuevo a Moisés, diciendo:
Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los hijos de Israel y diles: Cualquiera de la casa de Israel, o de los extranjeros en Israel, que ofrezca su ofrenda por cumplir sus votos, o por hacer una ofrenda voluntaria a Jehová para un holocausto;
será aceptado si ofreces un macho sin defecto, de los toros, ovejas o cabras.
Pero no ofrecerán nada que tenga algún defecto, porque no será aceptable para ustedes.
Y cualquiera que ofrezca un sacrificio de ofrendas pacíficas a Jehová para cumplir un voto, o como una ofrenda voluntaria, del ganado o del rebaño, debe ser perfecto para ser aceptado; no debe tener ningún defecto.
Ciego, quebrado, mutilado, con llaga, sarna o roña, no ofrecerán estos a Jehová, ni harán ofrenda encendida de ellos sobre el altar a Jehová.
Un toro o cordero que tenga algún miembro sobrante o atrofiado, podrás ofrecerlo como ofrenda voluntaria; pero para un voto no será aceptado.
No ofrecerás a Jehová nada que tenga sus testículos magullados, aplastados, rotos o cortados; tampoco harás esto en vuestra tierra.
Y de mano de un extranjero no ofrecerás el pan de tu Dios de ninguna de estas cosas

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